Hallazgo que pasa desapercibido en los medios

Un centro de exterminio de la dictadura militar


El Equipo Argentino de Antropología Forense halló una fosa común con restos humanos en un campo del Ejército cercano a la ciudad de Santa Fe, en una investigación judicial por inhumaciones clandestinas de víctimas del terrorismo de estado que comenzó hace tres años. "Es el segundo hallazgo de este tipo en el país, pero el primero en un predio militar", dijo a Rosario/12 el antropólogo Miguel Nieva, quien dirige la búsqueda en una causa que instruye el juez federal Nº 2 de Santa Fe, Francisco Miño. Se trata de restos de "varias personas" encontrados bajo un manto de cal y "asociados a evidencias balísticas", explicó Nieva. El campo San Pedro -como se lo llama , tiene más de 100 hectáreas, era utilizado para prácticas de artillería y maniobras militares, por lo que demandó un trabajo intensivo y sistemático desde 2007 que se coronó esta semana. Ahora, la tarea apuntará a precisar la magnitud del hallazgo y avanzar en la búsqueda de una segunda fosa común, como relatan algunos testimonios de lugareños.

La causa se inició en abril de 2007 por una denuncia de la Casa de Derechos Humanos de Santa Fe, que integran Madres de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos y el Movimiento Ecuménico. Pero ya en 1984, la Conadep había recibido comentarios del cuidador del campo San Pedro, que sospechaba de enterramientos clandestinos por las evidencias que había encontrado, entre ellas manchas de sangre en un árbol. El hecho abonó la hipótesis de un "centro de exterminio" de la dictadura, pero que no se pudo verificar porque nunca hubo una investigación seria y sistemática hasta ahora, cuando se abrió la causa hace tres años.
El juez Miño convocó al Equipo de Antropología Forense para realizar una "prospección arqueológica" en el campo San Pedro, "localizar posibles inhumaciones clandestinas de la dictadura" y en su caso, identificar "los restos humanos". El predio está ubicado en jurisdicción de Campo Andino, a la vera de la ruta entre esa localidad y Arroyo Aguiar y a unos 15 kilómetros de Laguna Paiva.
"Desde 2007, se realizaron diferentes excavaciones, un relevamiento del terreno y el análisis de distintas fuentes documentales", dijo Nieva. "Y como resultado de ese plan de trabajo continuo y sistemático de exploración intensiva, el miércoles pasado se produjo el hallazgo de una fosa común, en cuyo interior se hallaron restos humanos de varias personas cubiertos con cal y evidencia balística asociada a los mismos", agregó. "Ahora, comenzarán las tareas de identificación", pero seguirá "la prospección y búsqueda" de un segundo enterramiento porque "todavía falta explorar una gran superficie" del campo.
Nieva dijo que la fosa encontrada esta semana tiene casi tres metros por uno y medio. "Es una fosa común con un número indeterminado de personas. No sabemos qué cantidad de cuerpos puede haber ahí adentro, que están con restos de cal. Hemos encontrado también evidencias balísticas que nos permitiría corroborar esta hipótesis de enterramientos clandestinos de la dictadura. Todavía no tenemos la certeza de que sea esto, pero estamos en camino a comprobarlo", afirmó.

La primera vez que el Equipo de Antropología Forense halló fragmentos humanos en un centro clandestino fue en el "Pozo de Arana", en La Plata, donde estuvo secuestrado Julio López. "Pero esta es la primera vez que se encuentran restos humanos en un predio del Ejército", precisó Nieva. "Se hicieron trabajos en varios lugares del país, se trabajó en La Perla, en el Batallón de Arsenales en Tucumán y en otros lugares, pero es la primera vez que logramos encontrar restos en un predio militar".
"El campo se utilizó durante mucho tiempo para prácticas de artillería y maniobras militares. Por eso, el terreno es muy difícil de abordar porque está lleno de modificaciones, tiene pozos de zorros y trincheras. Estos cambios dejaron secuelas. Así que nosotros evaluamos todas estas señales que hay en el campo y cuáles son las potencialmente explorables y cuáles no. Y sobre esa base, avanzamos para tratar de cubrir toda la superficie que se pueda y no dejar dudas sobre si hay restos. Ahora, sabemos que sí hay restos humanos", relató el antropólogo.
¿Encontraron proyectiles? -preguntó Rosario/12.
Encontramos una vaina servida de arma de fuego asociada con los restos, pero en este caso no es un indicio de relevancia porque era un campo de artillería y hay muchísimos fragmentos de municiones, vainas y proyectiles que suele utilizar el Ejército. Ahora si aparecen asociadas a los restos, ahí habrá que ver, pero todavía no estamos en esa etapa -contestó.
La investigación demandó un gran esfuerzo. En un primer momento, los testimonios apuntaron a determinados lugares del campo como posibles sitios de enterramientos clandestinos. "Los exploramos a todos, incluso ampliamos la zona, pero no encontramos nada. Entonces, lo que hicimos fue plantear el trabajo en todo el predio y cubrir los indicadores naturales que veíamos", relató Nieva. Esto significó que se hicieran más de 2.000 sondeos y en los últimos meses entre 60 y 70 por día. "Por eso tenemos tantas excavaciones, porque hay un equipo grande de trabajo integrado por ocho personas. Hicimos prospección sistemática en todo el predio y para eso utilizamos una pala diseñada especialmente que saca una muestra del sedimento y vamos corroborando si hay remociones que tengan correlato con las perturbaciones que vemos en la superficie", agregó.

La tarea del Equipo de Antropología Forense explica la importancia que le asignó a los testimonios y denuncias de la gente del lugar que se conocen desde 1984, como el relato del cuidador del campo que falleció hace algunos años. "Por eso planteamos este método de trabajo, porque valoramos todos los testimonios y denuncias. Y sabemos que con el paso del tiempo es muy difícil ubicar los lugares con tanta precisión en un predio tan grande que tiene más de 100 hectáreas", dijo Nieva. Y en esa investigación también colaboraron otros dos organismos de derechos humanos: Hijos y la Asociación para la Recuperación de la Identidad Histórica de Argentina (Aristha).

Un agente civil de la dictadura, Eduardo Constanzo, condenado a prisión perpetua en el juicio de Rosario, relató a este diario el traslado de 27 personas desde La Calamita hasta una quinta en Monje y luego inhumadas en un campo del Ejército en Santa Fe. ¿Esto tiene que ver con esa investigación judicial?
Hasta que no se produzca una identificación de los restos no vamos a saber si eso es así o no. Ahora, si se identifica a una de las personas del traslado que habla Constanzo y es una de esas 27 personas que trasladaron desde La Calamita, ahí estaríamos aportando una prueba científica para fundar el testimonio de Constanzo. Pero habrá que esperar el resultado de los ADN- concluyó Nieva.

Link a la Nota Rosario/12

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