La Vetana a la Calle


Quien vive en aislamiento, y querría, no obstante, de vez en cuando integrarse; quien en razón de los cambios de las horas del día, del clima, de las relaciones profesionales, o de cosas por el estilo, querría sin mas ver un brazo cualquiera al que poder agarrarse, no va a poder aguantar mucho tiempo sin una ventana a la calle. Y lo que sucede con él es que no busca absolutamente nada, y, como hombre cansado que es, pasea su mirada, apoyado contra el antepecho de su ventana, entre la gente y el cielo; y no quiere nada, y tiene la cabeza un poco echada atrás; así y todos, los caballos lo arrastran consigo en su séquito de coches y ruido, y así, finalmente en la comunidad de los hombres

De Contemplación (1913) (Franz Kafka)

SIGA LEYENDO

Curso Basico de Injusticia

La publicidad manda consumir y la economía lo prohíbe. Las órdenes de consumo, obligatorias para todos pero imposibles para la mayoría, se traducen en invitaciones al delito...
Este mundo, que ofrece el banquete a todos y cierra la puerta en las narices a tantos es, al mismo tiempo, igualador y desigual:

Igualador en las ideas y en las costumbres que impone
Desigual en las oportunidades que brinda

Prólogo al capítulo homónimo en Patas Arriba de Eduardo Galeano

SIGA LEYENDO

Humilde Homenaje 1

Para Victor Jara..... cantautor chileno torturado y asesinado por los militares chilenos, quienes lo golpearon durante tres días seguidos... y quienes le quebraron las muñecas, ya que Víctor por medio de ese instrumento supo llegar al corazón del pueblo chileno.

A vos Victor llegué gracias a Leon Gieco, y gracias también a la devoción por Salvador Allende, ese soñador democrático, eterno cazador de utopías... ahora ambos estarán seguro creyendo en un mundo mejor... y sé que tarde o temprano... uds y nosotros... VENCEREMOS !

Para Vos Victor Chile, Victor Pueblo... Victor Jara...

Mis fibras mas intimas se sacuden
y es un dolor tan intenso la realidad,
que tus sueño, tus miedos
tus esperanzas, la utopía
tu pueblo me llega
a través de tu voz
y me veo sumergido
en imágenes lejanas
que poco a poco
empiezo a considerarlas mías

Será quizá
por que compartimos
el dolor y la rabia
o será simplemente
el canto de la tierra
que nace en la sangre
y se esparce como la lluvia
con tu voz, tus palabras
en el pueblo mío.

Ni el tiempo
ni la distancia
impiden la semejanza

Gracias por el sueño.... Futura realidad

SIGA LEYENDO

Celebracion de la amistad

Juan Gelman me contó que una señora se había batido a paraguazos, en una avenida de París, contra toda una brigada de obreros municipales. Los obreros estaban cazando palomas cuando ella emergió de un increíble Ford a bigotes, un coche de museo, de aquellos que arrancaban a manivela; y blandiendo su paraguas, se lanzó al ataque.
A mandobles se abrió paso, y su paraguas justiciero rompió las redes donde las palomas habían sido atrapadas. Entonces, mientras las palomas huían en blanco alboroto, la señora la emprendió a paraguazos contra los obreros.
Los obreros no atinaron mas que a protegerse, como pudieron con los brazos, y balbuceaban protestas que ella no oía: mas respeto, señora, haga el favor, estamos trabajando, son órdenes superiores, señora, por qué no le pega al alcalde, cálmese señora, que bicho le picó, se ha vuelto loca esta mujer...
Cuando a la indignada señora se le cansó el brazo, y se apoyó en una pared para tomar aliento, los obreros exigieron una explicación.
Despues de un largo silencio, ella dijo

- Mi hijo murió

Los obreros dijeron que lo lamentaban mucho, pero que ellos no tenían la culpa. También dijeron que esa mañana había mucho que hacer, usted comprenda...

- Mi hijo murió

Y los obreros: que sí, que sí, pero que ellos se estaban ganando el pan, que hay millones de palomas sueltas por todo París, que las jodidas palomas son la ruina de esta ciudad...

- Cretinos. -Fulminó la señora

y lejos de los obreros, lejos de todo dijo:

- Mi hijo murió y se convirtió en paloma.

Los obreros callaron y estuvieron un largo rato pensando. Y por fin, señalando a las palomas que andaban por los cielos y los tejados y las aceras propusieron:

- Señora: ¿Por que no se lleva a su hijo y nos deja trabajar en paz?

Ella se enderezó su sombrero negro:

- Ah no!!, eso sí que no!!

Miró a través de los obreros, como si fueran de vidrio, y muy serenamente dijo:

- Yo no se cual de las palomas es mi hijo. Y si supiera tampoco me lo llevaría. Porque, ¿Qué derecho tengo yo a separarlo de sus amigos?

Extraído de "EL LIBRO DE LOS ABRAZOS" de Eduardo Galeano

SIGA LEYENDO