Un día, yo pregunté:
- Agüelo, ¿ dónde está Dios ?
Me miró con ojos tristes,
y nada me respondió.
Mi agüelo murió en los montes,
sin rezos, ni confesión,
y lo enterraron los indios,
flauta de caña y tambor.
Otro día, yo pregunté:
- Padre, ¿ qué sabe de Dios ?
Me miró con ojos tristes,
y nada me respondió.
Mi padre murió en las minas,
sin rezos, ni confesión,
¡ color de sangre minera,
tiene el oro del patrón ¡.
Mi hermano vive en los montes,
y no conoce la flor,
sudor, serpiente y malaria,
es vida del leñador.
Y que naides le pregunte,
si sabe dónde está Dios:
¡ por su casa no ha pasado,
tan distinguido señor...!.
Yo canto por los caminos,
y cuando estoy en prisión,
oigo la voz del pueblo,
que canta mejor que yo.
Hay una cosa en la vida,
más importante que Dios:
y es que naides escupa sangre,
pa' que otro viva mejor.
¿ Qué Dios ayuda a los pobres ¿...
Tal vez sí..., o tal vez no...,
¡ pero es seguro que almuerza,
en la mesa del patrón ¡.
Misiones: El día que la democracia, una vez más, lloró
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Primera parte de una serie de crónicas, pruebas e informes referidos a la
represión contra trabajadores y trabajadoras de Misiones, ocurrida el 5 de
marzo ...
Hace 10 años
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