Sinceramente, me senté a transcribir estas notas aparecidas en la revista Sudestada, revista que compro mes a mes, con un dolor y presentimiento muy grandes.
Dolor por que escuché a muchos llamados "artistas" del llamado "rock" que hicieron sendos homenajes a una figura que los superaba tan grandemente, que sólo despues de muerto se atrevían a homenajear... Entre ellos sus propios compañeros de Las Pelotas.
No hace falta leer estas notas para conocerlo al Bocha, por que quien acudió a algun recital, se volvió con ganas de volver a pagar la entrada tan sólo para ver a ese grandote de pelo negro que hacía delirar los loquitos que abajo saltábamos.
Pero a modo de sincero, muy sincero, recuerdo, homenaje, o como quieran llamarlo, transcribo tres notas de quienes lo conocieron personalmente... sólo ellos podrán poner palabras en la boca del Bocha que yo no pude escuchar personalmente, pero sí desde sus canciones, y es increíble la coherencia que tiene.. tanto su acción, como su pensamiento.....
Y como este blog está siempre dedicado a los anti heroes, a los que no salen en la tv, a los excluidos, a los que quien estar marginados de la estupidez... como no iba a pensar en este anti heroe tan grande?
Todo este revoltijo de sentires que despierta la muerte de una gran persona como SOKOL, se me vino a la mente al ver que lo mismo parece repetirse con otra gran pesona, y popular como el Bocha... Juan Carlos Jimenez Rufino, alias, LA MONA... está pasando por lo mismo que el Bocha, ojalá puedas vos Carlitos cambiar el ritmo de vida, sino ... nos seguiremos quedando sin Sokoles....
El Alejandro Sokol que yo conocí
Como le pasó a Luca, Alejandro Sokol murió solo y por que le falló el corazón. Claro que antes, ambos, tomaron el camino de los excesos. El de Sokol, fomentado por los amigotes de turno que vivían a costa de él y alimentaban con cocaína y pastillas la caída previsible y pronosticaban los últimos años de un verdadero guerrero, uno distinto en la marketinera actualidad del rock nacional.
Conocí a Sokol en el verano de 1997. Con un grupo de amigos, fuimos tras la huella del misterio que rodeaba a una de las bandas de rock mas atrayentes por esos años. Se corría la voz que parte de sus integrantes vivían en Traslasierra, el mismo lugar donde había llegado LUCA años antes para escaparle a la heroína.
Luego de varias consultas en Nono, ciudad emblemática de esa zona montañosa donde habíamos elegido para veranear; alguien nos dio una pista y nos indicó el lugar donde teníamos que consultar para encontrar su paradero, que no estaba allí; sino en Las Calles, un pueblito al qu ese llega a pie y que queda a unos 7 kilómetros.
En Las Calles no deben vivir mas que un puñado de familias y los pocos paisanos que nos cruzamos desconocían que allí viviera un cantante de rock, simplemente sabían que había un tal Alejandro que vivía con su familia en una de las casas de aquella localidad. Tímidamente golpeamos la palmas en algunas casas hasta que dimos en el blanco.
Primero apareció Lila, su mujer por entonces y madre de sus tres hijos, quien le avisó a Alejandro que tenía visitas.
Sokol nos abrió la puerta de alambre de la casa que alquilaba con cara de dormido, pero con la cordialidad de pocos nos invitó a tomar unos mates. Por aquel entonces yo tenía menos de veinte años y, pocas cosas para compartir con un cantante de rock que estaba por cumplir 38.
Sin embargo aquella primera juntada sirvió para compartir un posterior asado en su casa. En esos días, Ismael y Camila estaban de vacaciones en la casa de los abuelos en Hurlingham, por lo que el mas chiquito de sus hijos, Fermín, era el centro de atención de la familia. Alejandro, en pocos días, se convirtió en un improvisado guía turístico y nos llevó a recorrer los lugares mas lindos de la zona; el balneario Paso de las Tropas, el lago donde habían filmado algunos videos con las pelotas, el estudio de grabación donde había vivido Luca, entre otras cosas.
No era alguien que hablara demasiado, pero le gustaba compartir esos momentos con sus nuevos conocidos; era una persona que no tenía nada que ver con el mundo del reviente que uno se imaginaba, estaba en las sierras, para esquivar esa vida.
Supimos compartir partidos de fútbol improvisados en la casa de un vecino, ñoquis caseros en la víspera de su cumpleaños el 30 de enero, encuentros muy enriquecedores.
Claro que con el crecimiento de LAS PELOTAS le exigía ir cada vez mas seguido a Buenos Aires, esto se notó por que fué la época en que menos compuso y mas problemas había con la banda; hasta que, años despues, la convivencia se hizo insoportable, lo que provocó su alejamiento.
Volví a Las Calles al año siguiente y la casa era otra, estaba poblada de otros fans y el ritmo de vida poco tenía que ver con la tranquilidad de las sierras. Merca y ácidos le llevaban los "nuevos amigos" y la cara de Alejandro cambiaba, parecía que estaba en otro lugar. Desde aquel entonces, el Alejandro que conocí era otro. Nos volvimos a encontrar de manera casual en las charlas previas a los recitales, pero indudablemente ya no quedaba mucho en común, simplemente un abrazo, que las cosas sigan bien, nos vemos.
La ultima vez que lo vi en persona fue en marzo del 2006, pero etsa vez yo me desempeñaba como periodista, y él, como entrevistado. Se lo notaba entusiasmado con armar algo paralelo a la banda, para tocar los temas que a él le gustaban, lo que hizo posteriormente con EL VUELTO.
Decía que con su alejamiento de las pelotas iba a volver a tocar con ganas, que la maquinaria de una banda en pleno crecimiento lo hacía sufrir mucho mas que gozar. Para desgracia de los que lo queríamos, no llegó a tiempo para escapar a sus adicciones. Será una pérdida significativa en la música de nuestro país, por que pocos como él sabían escuchar el latir de la gente, caminar por las calles y compartir emociones del pueblo, tarea difícil si las hay.
Se fue de manera tan previsible como dolorosa, nos queda su honestidad en la vida y su creatividad que aún hace vibrar los corazones de sus seguidores.
Por Ignacio Portela
Esa mirada cómplice, esa respuesta rápida y , casi siempre, provocativa, acompañaron a Alejandro Sokol hasta esa calurosa mañana en Río Cuarto, donde se desencadenó el "principio del fin", o bien, el alivio para una situación que ya no tenía remedio. Es que el Bocha eligió transitar el "camino de la vida" por un sendero lleno de meandros, al borde del precipicio, que le trajo complicaciones, claro que sí, pero también irrefutable convicción de estar en paz con su conciencia, a pesar de los "demonios" que lo abordaban y lo transtornaban.
Curioso, aún cuando nunca se lo pudo identificar como el arquetipo del denominado rock barrial, para Alejandro, su barrio Hurlingam era todo. O casi. "ACA ESTA MI GENTE, VEO LAS CARAS QUE VEIA CUANDO TENIA 17 AÑOS Y PASABAMOS TODO EL DIA EN LA CALLE", contaba en una nota que dio cuando ya capitaneaba el proyecto de EL VUELTO, el que lo entusiasmaba cuando las Pelotas ya era recuerdo.
Es relación con la "calle" lo transformó en un artista popular, aunque ésta palabra lo incomodaba, sin necesidad de recurrir a los clichés que suelen utilizar aquellos que empiezan a beber de las mieles de la fama y le toman "el gustito a la camarita".
A Sokol no le gustaba manifestar diferencias en el trato: "llegaba a un lugar y era el único músico que saludaba a todos, uno por uno, desde el tipo que controlaba la puerta, al encargado del sonido o al muchacho que estaba tras la barra con gaseosas" comentaba un asistente de su etapa en las Pelotas y El Vuelto.
Esa natural sensibilidad le permitió ganarse a todos aquellos fans que después enarbolaban, a grito de cancha pelado, "que salga el bocha oh oh, que salga el bocha, todo el año es carnaval".
Bebió y se nutrió de distintas fuentes musicales, pero Los Beatles, David Bowie, y Bob Marley siempre estuvieron al tope de sus preferencias. Y siempre manifestó respeto por aquellas bandas que se convirtieron en referencia para otros, a fines de los 60 o comienzos de los 70, a las que, definitivamente, desembarcaron años después.
El legado del Bocha, va mucho mas allá de algunas de sus canciones que se erigieron en HIMNOS PELOTEROS u otras en las que puso en evidencia su condición de Frontman inigualable.
"TENDREMOS QUE ACOSTUMBRARNOS A QUE EL ROCK SE ESTA QUEDANDO SIN SOKOLRES", disparó un colaborador del Vuelto, será así? el tiempo lo marcará.
por Adolfo Morales
UN ANTI HEROE
Bocha ¿queres cantar el sabado gratis a beneficio del Hospital Argerich que cumple cien años?...
- Ningún problema, allí estaré.
Y estuvo el bocha, con su banda y sin exigir nada. Y cantó y disfrutó de la música mientras que a metros, el artista que sólo le pide a Dios exigía cordón policial por que cinco mujeres maduras y diez treintañeras pretendían un autógrafo.
Bocha, te podes poner la remera de una banda under de unos amigos? asi los conocen por la tv?
Y se la puso nomás el hombre, sin preguntar el estilo ni la procedencia de los chicos que hacían sus primeros palotes para insertarse en el submundo de los semdioses de la guitarrita, los llamados pomposamente Rock Star por los miembros del club de "aduladores y obsecuentes" del microfonito, camarita y lapiceritas que integran la fauna del rock vernáculo.
-Bocha, me haces entrar esta noche al recital?
Era frecuente el ruego de algún fan -tetra en mano- por las calles de Hurlingham o cualquier calle oscura del conurbano bonaerense donde él se movía como un pez; y Sokol, fiel a su estilo, sin traicionar sus convicciones, cuando llegaba al camarín sacaba del bolsillo un papelito todo arrugado, como si fuera Minguito Altavista, con el nombre del "excluido" o "marginal suburbano" para incluirlo en su "lista de invitados".
Ese era el bocha Sokol, en su máxima expresión, antihéroe del show business... NO TENIA GLAMOUR según el diario de la cornetita, y, por eso, se apareció un día en el templo del rock, con un atuendo digno de Humphrey Bogart en la mítica Casablanca, todo de negro, sobretodo largo, zapatos de vestir y gafas. "ES PARA LOS DEL DIARIO QUE DIJERON QUE NO TENIA GLAMOUR", y la monada rugió y celebró la humorada del Bocha.
Fuera de todo sistema vivió siempre el Bocha, abanderado de la antítesis, eligió como vivir, y cómo morir, simplemente Sokol, el Bocha que tanto amamos y respetamos.
por Jose Pommares
www.revistasudestada.com.ar
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1 comentarios:
¿Qué te dije yo?...El bocha ahora debes estar compartiendo unos tragos con Luca!...Y es como todo/s después de muerto se los empieza a "valorar" y también a colgarse de un sentimentalismo que muchas veces no existe ni existio!.
Buen post, estamos hablando ;)
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