Ariel Petrocelli, el adiós a un poeta eterno...

Compositor y músico, nació en Campo Santo el 11 de agosto de 1.937, hijo de Doña Blanca Saez y Don Angel Petrocelli, vivió en este pueblo aproximadamente hasta los 4 años de edad, luego por cuestiones de trabajo la familia Petrocelli dejarían Campo Santo. Durante su permanencia en esta localidad se dedicaron a la actividad agrícola en arriendos donde cultivaban citrus y tomate.
Al terminar la Escuela Primaria curso el Secundario en el Colegio Salesiano hasta el 2° Año y concluyo sus estudios en el Bachillerato Nacional. Continuo sus estudios en la Escuela Normal de Salta, donde se graduó con el título de “Maestro Nacional”. Ejerció como Maestro de Grado en Cachi, donde escribe la “Zamba de Cachi” dedicada a este pueblo.
Comenzó con sus primeras composiciones a los 19 años de edad aproximadamente tratando de representar a través de sus letras el sonido, el medio natural, la vidala y la baguala, desentrañando todo el misterio que guarda en sí mismo, entre sus obras figuran: “El Seclanteño”, “La Bagualera”, “Cuando tenga la tierra”, “El Antigal”, “Soy sembrador argentino”, entre otras.
Sus composiciones son cantadas por los folclóristas de renombre nacional como: Horacio Guaraní, Daniel Toro, Los Tucu Tucu, Los cuatro de Córdoba, Mercedes Sosa, Cantores del Alba, Los de Salta, etc.
“Los Nocheros” interpretan la “Petrocelli” letra de Mario Alvarez Quiroga dedicada a la prestigiosa vida de Ariel Petrocelli.
Es considerado como uno de los mejores poetas de la Argentina, integra la “Antología de los cinco Poetas Fundamentales del Canto”. En la actualidad recorre el país actuando en los más destacados escenario, integrando el “Dúo Isamara y Ariel Petrocelli”. La Casa de la Cultura de Campo Santo lleva el nombre de este poeta y músico camposanteño.
Falleció el 18/09/2010 


GUAGUA DEL PAN

Si no me miente la harina
yo tengo un niño de pan.
Llanto de barro y ceniza
cunita para ofrendar.

Gajo que crece en mi tierra
tierra que vuelve a pasar,
yo lo maduro cantando
y él solo aprende a llorar.

Hijo de pan calladito
quiera de pronto llorar,
que cuando llore el de carne
yo lo sabré consolar.

Tengo una manta de trigo
llama y vicuña de sal,
para esperar al que llora
mis entrañas y este chal.

Duerma que llegan las doce
duendes de vino y mantel,
hadas de choclos y quesos,
mariposas de papel.

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