Una cosa Sosa
Por Juan SasturainMercedes era una cosa Sosa.
Con mayúscula, digo: tucumana
cantora sola, voz soberana,
clase de una, negra y golosa.
Pero ante todo, fue generosa
con el verso y la oreja americana.
Nos cantó a don Ata y a la hermana
Violeta, al Cuchi y a Zitarrosa.
Mercedes hizo su destino en vida.
Más allá del aplauso y de la fama
encarnó a la Tierra. Confundida
en piedra y consumida en llamas
queda la imagen final, tan parecida
a un Buda criollo, a la Pachamama.
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